Mantener una conversación con María es propio de un hijo. Hablar con María es hacer oración porque ella está en el Cielo en presencia de su Hijo. Lo que a ella decimos, agrada al Hijo, y ella nos escucha y nos ayuda.
Media hora de oración cada día
Mantener una conversación con María es propio de un hijo. Hablar con María es hacer oración porque ella está en el Cielo en presencia de su Hijo. Lo que a ella decimos, agrada al Hijo, y ella nos escucha y nos ayuda.