El Espíritu Santo, el Espíritu de Jesús está en nuestro interior todo el día hablando, sosteniendo la vida cristiana, haciéndola crecer. Escucharle es escuchar Abba Padre constantemente. El clamor del Espíritu referido al Padre. Para nosotros dos caminos: reconocer a Dios como Padre y tener con Él una relación de confianza. No sólo es Padre, es papá.