Tan sencillo y tan complicado muchas veces porque el «hombre viejo» del que habla San Pablo va a lo suyo. Y lo «suyo» no es lo «nuestro» de la oración que Jesús nos enseñó.
Media hora de oración cada día
Tan sencillo y tan complicado muchas veces porque el «hombre viejo» del que habla San Pablo va a lo suyo. Y lo «suyo» no es lo «nuestro» de la oración que Jesús nos enseñó.