Convertirse no es cuestión de un momento, sino de toda la vida. Convertirse no es cuestión de ser nosotros muy buenos, sino de dejar a Dios que actue en nuestra vida. ¡Cada día podemos convertirnos!
Media hora de oración cada día
Convertirse no es cuestión de un momento, sino de toda la vida. Convertirse no es cuestión de ser nosotros muy buenos, sino de dejar a Dios que actue en nuestra vida. ¡Cada día podemos convertirnos!