«Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios» es lo primero que dijeron los soldados que lo custodiaron. Meditar en la muerte del Señor nos debe mover el corazón.
Media hora de oración cada día
«Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios» es lo primero que dijeron los soldados que lo custodiaron. Meditar en la muerte del Señor nos debe mover el corazón.