Cuando se acerca el final del año litúrgico, la Iglesia nos anima a contemplar el final de los tiempos. Hay mucha oscuridad, pero hay una gran luz. Tenemos la misión de inscribir nuestros nombres en el libro de la vida.
Media hora de oración cada día
Cuando se acerca el final del año litúrgico, la Iglesia nos anima a contemplar el final de los tiempos. Hay mucha oscuridad, pero hay una gran luz. Tenemos la misión de inscribir nuestros nombres en el libro de la vida.