Dios tiene un plan para nuestra felicidad. Pero no tenemos que confiarnos, el Maligno intenta desviarnos de este plan. «Dios mío, líbrame de la mano perversa».
Media hora de oración cada día
Dios tiene un plan para nuestra felicidad. Pero no tenemos que confiarnos, el Maligno intenta desviarnos de este plan. «Dios mío, líbrame de la mano perversa».