En María encontramos la vocación más excelsa, la llamada más impresionante que Dios puede encargar a un humano: encarnar al Verbo. Pero de esa vocación participamos un poco todos. Todos tenemos que dar vida a Jesús en nuestra vida.
Media hora de oración cada día
En María encontramos la vocación más excelsa, la llamada más impresionante que Dios puede encargar a un humano: encarnar al Verbo. Pero de esa vocación participamos un poco todos. Todos tenemos que dar vida a Jesús en nuestra vida.