La generosidad debe llevarnos a la alegría. Si no es así, acudir a Cristo y a la oración nos ayudará a que la alegría sea consecuencia de la generosidad de nuestro corazón.
Media hora de oración cada día
La generosidad debe llevarnos a la alegría. Si no es así, acudir a Cristo y a la oración nos ayudará a que la alegría sea consecuencia de la generosidad de nuestro corazón.