Jesús es el vino nuevo en los odres viejos de nuestro corazón.
Tema: Vida ordinaria
Ser jugador o espectador
Analizando Lc 7, 31-35 nosotros podemos no vivir como Dios nos pide y quedarnos en medias tintas.
Derribando muros con María
No podemos vivir divididos. Somos una única persona. Y como esa única persona nos relacionamos con Dios, con los nuestros, con los demás, nos divertimos y trabajamos. A María le pedimos huir de ver el trabajo y el estudio como algo a parte en nuestra vida e integrarlo en nuestra misión como cristianos.
Brillantes en lo ordinario
Estamos llamados a ser santos, pero nuestras vidas distan mucho de las de los santos. Parece que no hay camino para nosotros… nuestro camino es el de lo ordinario. Se trata de no ser mediocres en lo ordinario sino más bien, ser brillantes.
La vida sencilla
Jesús regresa a Nazaret. Jesús siempre nos busca en el Nazaret de cada día. Eso es Nazaret para Jesús; treinta años de trabajo, vida en el pueblo, vida sencilla y rutinaria pero preciosa a los ojos de su Padre celestial.
Un pequeño campo de lentejas
Samá fue un héroe judío que defendió un pequeño campo de lentejas frente al enemigo filisteo. Es un ejemplo de cuidar los pequeños detalles de nuestra vida ordinaria donde está nuestra santidad.
María, maestra de oración
María nos enseña a rezar porque ella es la bienaventurada que escuchó la palabra de Dios y la cumplió. Ella escuchó la palabra de Dios en Jesús, en el ángel, en José, en Caná, en la Cruz. Ella nos enseña a rezar con su vida.
Testigos en la Cruz
Los tristes acontecimientos de las iglesias quemadas en Chile nos han de llevar a pensar cómo afecta a nuestra vida estos acontecimientos: llamados a ser testigos.