Domingo de Ramos
Sube el Señor con prisa a Jerusalen. Quiere que llegue el momento de la salvación de sus hermanos los hombres. De los ramos no quedará nada. Del triunfo Jesús no quiere ni oir hablar. Su triunfo es la Cruz, salvarnos, pedir perdón a Dios por nuestros pecados.
La Santa Misa y la entrega personal
«Somos lo que comemos, somos lo que leemos» se suele decir. También nos sirve en relación a la misa. Debemos, con la gracia de Dios, ser lo que comemos y lo que escuchamos.
Yo confieso
¡Cuánto me cuesta algo tan sencillo como reconocer que no soy Superman!
Siempre nos quiere
El padre Kestutis nos enseña una profunda realidad, Dios no es un padre durp y exigente, es un padre que nos ama y quiere siempre, no tenemos que ganarnos su amor. No es cambiar para que Dios nos ama, es dejarse amar por Dios para que nos cambie, nos de un nuevo corazón.
La historia de Jonás
Reconocer a Cristo en los enfermos y en la enfermedad
El rostro de Cristo lo encontramos en los enfermos.