Los discípulos abandonan al Señor y huyen, Pedro le sigue de lejos para ver en qué acaba y el Señor dice: Soy el Mesías. Ahora te toca decidir a ti el papel: seguir en la platea, o en el gallinero o entrar en la historia y acompañar de cerca a Jesús.
Locutor: Josetxo Vera
Ley de Dios, espacio de libertad
La ley de Dios no limita la libertad del hombre, la hace posible. Gracias a su ley encontramos el camino que nos permite llegar a su morada, a la casa de Dios, al reino de los cielos. Muchos caminos nos llevan al desastre, el de la ley de Dios conduce a nuestra felicidad.
Perseverar hasta el final
Auméntanos la fe
Aquel hombre tuvo que pedir el milagro a Jesús porque a sus discípulos les faltaba la fe. Su oración era sin fe. La fe es el don de Dios, imprescindible para la salvación, que Él da a quien lo pide con humildad.
Ser pequeño para ser grande
Un esfuerzo constante en nuestro corazón: ser los primeros, los grandes, los considerados, los reconocidos. Un esfuerzo de nuestra alma: seguir el camino de los pequeños, los desconocidos, los últimos… camino de santidad, grandeza del Cielo.
Abre tú la puerta
Nuestra alma, nuestro corazón tiene una puerta. Al otro lado espera el Señor, él sabe lo que necesitamos y queremos. Pero es educado. Espera a que tú le invites a pasar. Entonces te cambiará todo.
Enséñanos a orar
Como los apóstoles también necesitamos que el Señor nos enseñe a orar, a hablar con él, a pedir lo que necesitamos. En ese trato personal encontramos el sentido de nuestra vida y la fuerza necesaria para realizar.a
Una experiencia personal
Contemplamos a José en la gran tristeza de su vida: ha perdido al niño Jesús. Ha fallado en la misión confiada. Tantas veces nos pasa lo mismo: también nosotros fallamos. Pero Jesús, también a nosotros, se nos aparece de nuevo: Él no falla, Él es fiel.